Por todos es sabido que la energía del Sol es inagotable y gratuita, y la inversión inicial se amortiza con creces una vez que se observan los beneficios de estos procedimientos. Con los últimos cambios climáticos y la conciencia de que las energías tradicionales tales como el petróleo o el gas tienden a agotarse, el uso de energías renovables va tomando más auge ya no sólo en las aplicaciones domésticas para ahorro familiar, sino que las autoridades también las aplican para uso y disfrute de edificios públicos. El agua caliente sanitaria es el nombre técnico para denominar el agua que normalmente utilizamos para nuestra higiene y la de los elementos que utilizamos en la vida diaria (vajilla, ropa, sábanas). Se aplica tanto al ámbito doméstico como al resto de dominio público, como es el caso de los centros sanitarios.
Desde hace algún tiempo, se ha venido utilizando este sistema de placas solares para suministro de agua a los hospitales y clínicas, a través de un calentamiento y posterior almacenamiento del agua potable; el agua había de mantenerse a la temperatura agradable requerida para su uso en estos centros, como las duchas, lavandería, cocina, etc. El inconveniente de este sistema, es que se necesita un gran volumen de almacenamiento, es decir, las dimensiones de los recipientes donde se acumula el agua son tan grandes que se dificulta el crecimiento de los centros. Además, esta agua ha de mantenerse constantemente a una temperatura superior a 60 ºC, porque al tenerse que utilizar en centros sanitarios, hay que evitar cualquier tipo de infección por virus o bacterias, como la legionela, de ahí que se tenga que almacenar tan caliente. Estas precauciones sanitarias que se toman suponen un gasto energía tan grande, que a veces ponen en peligro el suministro para todo el centro, con el consiguiente paro por sobrecarga.
Por ello, en los últimos años se ha venido investigando el problema del espacio y el tratamiento de esta agua, siempre bajo un criterio científico y económico. Una de las conclusiones a las que se ha llegado, es que el agua ha de ser calentada instantáneamente, y así no sería necesario su almacenamiento. Así, se puede aumentar la eficiencia de las placas y reducir las necesidades energéticas que tan alto consumo necesitan, con lo que el resto de instalaciones en el centro sanitario no estarían en peligro de colapso.
Asimismo, este sistema de agua caliente sanitaria, se ha venido fomentando también en los hogares particulares, ya que su calentamiento instantáneo permite un gran ahorro a la economía familiar, y comodidad a la hora de disponer de agua caliente, con una gran potencia y una garantía de suministro en todo momento. De hecho, en las nuevas construcciones que se vienen haciendo en el país, muchas de ellas incluyen placas solares para el suministro de calefacción y agua caliente sanitaria, ya que el coste a largo plazo es mucho menor. Además, dada la circunstancia de que España es uno de los países de la Comunidad Europea con más horas de sol (y más fuerza solar) al año, debemos considerarla y aprovecharla.