Con el desarrollo de la tecnología en los últimos años, y la investigación sobre energías renovables que se está llevando a cabo en muchos países de Europa Occidental (con el apoyo de los gobiernos), se están creando nuevas vías para poder aprovechar mejor el calor del sol con el menos coste posible. Aparecen los paneles solares cilíndricos o tubulares.
Este es el caso de una empresa alemana, que ha desarrollado un tipo de paneles solares, de forma cilíndrica, que aprovechan más cantidad de luz solar al cabo del año y cuya instalación resulta más sencilla y rápida, ya que no necesitan sujeciones ni situarse sobre ninguna estructura que siga el recorrido del sol para absorber su energía, ya que gozan de una clara optimización en la captación de luz sobre sus competidores.
Además, y a diferencia de los paneles solares planos, los cilíndricos dejan pasar el aire a través de ellos, lo que les hace mucho más resistentes a los fuertes vientos (a veces de más de doscientos kilómetros por hora). Gracias a todo esto, se hará realidad dentro de unos años la posibilidad de que las energías renovables puedan competir en precio con otras fuentes de energía tradicionales.
Los paneles solares tradicionales estaban formados por células solares planas, pero esta nueva propuesta presenta paneles que comprimen rollos de células solares cilíndricas, que están hechas a partir de una fina lámina de material conductor del calor (que incluye una mezcla de indio, galio y selenio). Esto se coloca dentro de un tubo de cristal a su vez depositado en otro tubo con terminaciones eléctricas, que absorben más energía solar a lo largo del día, con lo que se amortiza más la instalación; además, la ya mencionada mayor resistencia al viento hace que su colocación en los tejados sea más fácil y rentable. Esto se hace muy interesante por ejemplo para los edificios comerciales, que necesitan una gran cantidad de energía al día para abastecerse.
Con los paneles solares planos, además del coste del aparato en sí, la instalación suponía una inversión adicional, ya que el panel debía ser sujeto sobre un armazón para que el viento no lo moviera, ocupando por ende más espacio. Con los paneles cilíndricos este problema no existe, puesto que pueden dejar pasar el aire entre ellos y poseen refuerzos internos.
Hasta ahora, la forma más simple de captar la radiación solar era poner un panel plano en perpendicular a la luz del sol, además de ser el recurso más barato; pero sin embargo, había también que resolver muchos problemas relacionados con su instalación, como buscar una orientación y una inclinación óptimas, calcular las horas y los ángulos de sombras, así como las condiciones meteorológicas (sobre todo el viento y la temperatura, ya que su exceso o defecto afectaba el buen funcionamiento de la instalación).
En el caso de los nuevos paneles, el aprovechamiento de energía se ve incrementado principalmente porque, al ser cilíndricos, los paneles siempre reciben en algún punto de su superficie curva la luz solar de una manera directa. Está claro que siempre habrá una cara interna del cilindro que se quede en la sombra, pero si el tejado sobre el que va colocado está pintado de blanco reflectante, la luz pasará por los huecos por los que también atraviesa el viento, y será reflejada, por lo que acabará siendo absorbida por esa cara interna que no está expuesta directamente al sol. Por eso, se puede afirmar que la luz solar se aprovecha al cien por cien, desde todos los ángulos de la instalación.