Los recursos naturales renovables se han convertido en la alternativa idónea para todos aquellos que además de ahorrar en la factura de la electricidad quieren contribuir a una mejora de la situación medioambiental actual. Por todos es sabido que el combustible tradicional se acabara tarde o temprano, y además es altamente contaminante, lo que esta haciendo que surjan problemas a nivel mundial, tales como el cambio climático y el aumento del agujero de la capa de ozono.
De hecho, todo el mundo esta de acuerdo en que utilizar las energías renovables es la mejor forma de poder aprovechar fuentes inagotables de energía, como por ejemplo la solar. La idea de convertir los rayos solares en electricidad y ahorrarnos gran parte de la factura, es algo bastante apetecible y que hasta hace pocos años no era posible. Lo que ocurre es que en el campo de las energías renovables todavía hay mucha desinformación, además de que hacen falta ayudas y subvenciones para poder aplicar la tecnología en los hogares, ya que la amortización se haría bastante difícil.
Sin embargo, el esfuerzo que se esta haciendo tanto desde las comunidades científicas como las autoridades competentes para lograr una generalización de las energías renovables, ha logrado que cada vez mas se vaya implementando esta tecnología, sobre todo en cuanto al uso y aprovechamiento de la energía solar, gracias a nuevos materiales como las células solares del tipo thin film (o película delgada). Esta mejora de las células fotovoltaicas tradicionales supone una mejora en la rentabilidad de la empresa o de la economía domestica en cuanto a las energías fósiles, aunque eso si, necesitan de un periodo de tiempo para poder amortizarlas (del orden de cinco años para superar al petróleo y diez años en el caso del carbón y el gas natural). Actualmente, el precio de cada vatio generado por las placas fotovoltaicas de thin film alcanza los tres o cuatro euros por cada uno de ellos, y se espera que en los periodos anteriormente mencionados puedan rebajarse hasta los ochenta o cincuenta céntimos.
Los módulos fotovoltaicos de thin film no utilizan las células de silicio convencionales, que en si es un material bastante caro y escaso, sino que están formados por una mezcla de otros metales como cobre, indio, galenio y selenio que se incrustan en un soporte que presenta una superficie flexible y ligera que es apta para colocarla sobre tejados y demás soportes, como por ejemplo fachadas de edificios, ventanas, dispositivos móviles como teléfonos, ordenadores portátiles, coches y motocicletas.
Los paneles solares de thin film están construidos en forma de rollos cilíndricos, eliminando así muchos de los costes de fabricación, tanto de carácter energético como químico, que supone realizar los paneles fotovoltaicos convencionales. De hecho, muchas de las grandes empresas energéticas mundiales ya están interesadas en este nuevo material, como el gigante Shell. Otras empresas de diferente sector, como Google, invierten y patrocinan empresas que investigan y fomentan la nueva energía ligera, que es como ya se le conoce al uso del thin film, a través de filiales como Nanosolar; esto les permitirá ser lideres en la fabricación y utilización de paneles solares en unos años, cuando su uso se generalice como ha ocurrido con Internet y la telefonía móvil.