Los coches propulsados por hidrógeno fueron una vez llamados la ola del futuro. Sin embargo, Hyundai lanzó recientemente en Ulsan, Corea, la primer producción de Hyundai ix 35 Fuel Cell. El ix35/Tucson Fuel Cell convierte el hidrógeno en energía para alimentar los motores eléctricos, en vez de quemar el hidrógeno en lugar de la gasolina, como BMW ha hecho con sus autos de combustión interna de hidrógeno. De cualquier manera, la única emisión es de vapor de agua.
Según Hyundai, va a producir mil vehículos ix35 Fuel Cell en el año 2015. La producción inicial será para flotas municipales en Dinamarca y Suecia. Hoy en día el precio ronda unos cien mil dólares por coche, mientras que en el 2015 este valor podría cae a cincuenta mil dólares.
¿Cómo funcionan las celdas de combustible de Hyundai?
Las celdas de combustible de hidrógeno funcionan mediante la conversión del hidrógeno en electricidad dentro de las celdas, en donde existe un ánodo y un cátodo, los cuales se encuentran separados por una membrana. En el ánodo, el hidrógeno se divide en protones y electrones. La membrana solamente permite pasar a los protones, mientras que los electrones fluyen a través de una batería para el motor eléctrico.
En el cátodo, los electrones y los protones se reencuentran y logran combinarse con el aire exterior para poder formar el agua. El hidrógeno se almacena comprimido en tanques fuertes y blindados, cuya capacidad es de cinco kilos y medio aproximadamente.
¿Cuál es el costo de ser verde?
Mientras que la única emisión del vehículo es vapor de agua, existen varias preocupaciones acerca de cómo el hidrógeno llegaría a ser hidrógeno en el tanque. En este momento, un proceso de conversión común que lleva gas natural, aplica energía y deja por detrás un rastro de carbono, el cual no es grato para ningún ecologista.
No obstante, un automóvil con motores de celdas de hidrógeno puede ser muchísimo más seguro que un coche con motor de gasolina, ya que el combustible se encuentra en tanques blindados y si se recalienta, directamente se descarga hacia la atmósfera, mientras que la gasolina va a parar al suelo.