La energía solar se ha utilizado en los últimos años como sustitutita de las tradicionales, como pueden ser el gas o gasoil, obteniéndose con ello no solo un beneficio medioambiental, sino también económico, pues esta energía es mucho más barata que las otras, y además es inagotable. Sin embargo, también su uso ha ido evolucionando con el paso del tiempo, y nos encontramos con innovaciones en este campo que suponen un mayor aprovechamiento del sistema. Por ejemplo, se ha extendido el uso de la técnica mixta entre energía solar térmica y la bomba de calor, lo que consigue una eficiencia nueve veces superior que la utilización de las mismas de forma individual.
La principal diferencia entre este sistema integrado por dos técnicas y la clásica de paneles térmicos, es que la energía que fluye por los conductos no se trata de agua, sino que se ha convertido en un gas refrigerante, como el que se utiliza normalmente para el aire acondicionado, y que tiene su punto de congelación entre 110 y 130 ºC. E
Un mecanismo que hace que esta novedad tecnológica se haya podido añadir a lo ya existente en la materia, es que el aire cuando se comprime pasa estado líquido, que es cuando circula por los conductos de los paneles solares; aquí, se evapora, debido a su baja temperatura. Entonces, absorbe el calor del ambiente, no necesitando para ello la luz del sol, ya que esta reacción se produce incluso por la noche o con situaciones climatológicas adversas, como la nieve o la lluvia, si bien es cierto que cuando el proceso ocurre por el día y con sol, es mucho más rápido. Finalmente, el gas llega a un intercambiador de temperatura, donde se transfiere el exceso de calor al agua que se ha de calentar. Con todo ello, se reducen ampliamente las emisiones de gas a la atmósfera y sobre todo se contribuye a un mayor ahorro en la economía familiar.
GFH