Con el agotamiento de los recursos naturales, sobre todo del petróleo, los gobiernos y la comunidad científica buscan nuevas formas de aprovechamiento energético, y en este caso se recurre a métodos alternativos como la energía eólica o la solar. Además de que estos métodos suponen una mejora en el ahorro doméstico, también contribuyen a la conservación del medio ambiente, ya que contaminan mucho menos que los métodos que usualmente utilizamos. El aumento del consumo energético, debido a que cada vez usamos más aparatos eléctricos en las casas y de mayor potencia, exige vías alternativas económicamente hablando, ya que se nos hacen imprescindibles al mismo tiempo que cada año la electricidad y el gas incrementan los precios, con la consiguiente carga para el hogar.
Esta ventaja económica y ambiental frente al uso del gas o del petróleo, ha hecho que incluso las autoridades den facilidades a aquellos ciudadanos que deseen hacer uso de estas energías alternativas. Se ha dado el caso de algunos Ayuntamientos que dan subvenciones a las empresas que coloquen placas solares en la parte alta de los edificios de nueva construcción.
Estas placas se colocan en la parte alta de las casas, concretamente en los tejados, porque requieren de zonas sin sombra donde el sol se refleje de pleno, sobre todo en la franja horaria del mediodía. Las placas más utilizadas son las llamadas fotovoltaicas, puesto que generan energía eléctrica. En los últimos tiempos, también se están empezando a utilizar las placas solares térmicas, que dotan de agua caliente a las casas, y asimismo sirven de regulador término para las piscinas o para la calefacción interna.